Dentro de mí, tu impaciencia,
suspira rompeolas,
ondula esquinas, mientras
iris de lava rugiente
encienden frenesíes.
Canturréame tu sueño;
convierte en chelo mi piel
y oscilaran las cuerdas
ahítas de rocío, en tu boca,
de luz tornasolada.
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Dime, te escucho...