A veces, para comunicar hechos que resultarán incomprensibles, hay que encontrar las palabras adecuadas. Miras si hay alguna miga de pan que alguien haya dejado para llegar donde se esconden, pero no ves ninguna. No te queda más remedio que inventar otras nuevas y te das cuenta que lo que tienes que decir no tiene nada que ver con la comunicación. Esta es algo más que palabras que, demasiadas veces, están vacías. Comunicarse es relacionarse, conmover, convencer, mirarse a los ojos, escuchar el silencio y regalarse sonrisas. Desgraciadamente, lo que hay que hacer en esta ocasión es comunicar. La forma del infinitivo del verbo solapa la reflexiva que establece vínculos, por lo tanto no esperas ninguna respuesta. Así que intentas crear las palabras y te esfuerzas en combinarlas. No lo consigues. No hay ninguna argumentación válida para decirle a alguien en estos tiempos, en cualquier tiempo, que pierde su trabajo. No es fácil, nada fácil hacerlo.