A veces, me gusta detener el tiempo, desvestirlo de tópicos, tanto los malos como los buenos y desprenderme de las cargas impuestas en los aconteceres diarios, con el fin de disfrutar de una prioridad llena de sentido: las música. Hoy me siento en un borde silencioso y disfruto mi tiempo con su “quejío” soñando la Alhambra.
La palabra es su poder creador
Hace 1 día
14/12/10
Una pena se lleva dentro del folclore español
15/12/10
Sal letra de l'escondrijo
que el callar te condujo.
Rebosan palabras, estropicio
en el cuerpo que quede desnudo.
Queja de queja
ja no és queja
volviose quejío.
............... Anton.
16/12/10
Gracias por comentar.
Un abrazo.
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Dime, te escucho...