Ojalá y cuando acabe el día lluevan palabras y que éstas detengan las agujas del reloj. Como hacíamos antes, a la vera del fuego o haciendo un corro en la puerta de casa, nos contaremos historias mientras Venus se hace visible y enciende la noche.
Se enciende el sol de invierno. Cómo me llena el brote de mimosa, su canto pudoroso, su perfume a Febrero. Bajo ella, duermen versos tranquilos, arropados por suave lira almendrada. Y allá, a lo lejos, el tiempo se vislumbra espejeante.
Probablement necessitaria una vareta màgica amb la qual destriar la línia, massa fina, entre la realitat i la ficció de pensaments, idees i sentiments. S'han anat desdibuixant a mesura que anava vivint.
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Dime, te escucho...