De repente, las aguas a las que arrojaba la melodía, fruto de su inspiración, temblaron en la lejanía, donde la gracilidad de un delfín se desplazaba libremente. Uniéronse la voz de la mujer y el silbido del cetáceo. La leyenda se divulgó entre el oleaje, hasta horizontes secretos.
Y aún dicen
Hace 13 horas
27/4/13
Con este microrelato has conseguido crear una imagen preciosa y sugerente, Pilar. Me encantó.
Disfruta de un feliz fin de semana
Fina
27/4/13
Me alegra que te guste, Fina. Sé feliz tú también.
7/5/13
Excelente texto mi querida Pilar.
Un abrazo.
Sor.Cecilia
7/5/13
Garcias, Cecília. Un abrazo.
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Dime, te escucho...