Diego Renom Vergara: Silla junto a la ventana
Le salió al encuentro en aquella sala en penumbra del antiguo hotel en que se alojaba. Estaba situada al lado de la ventana, dispuesta a acoger entre sus brazos y proporcionar descanso, aunque fuera por un momento, a quién lo necesitase. No era un mueble cualquiera, sino el eslabón de una cadena, perdida tiempo atrás y cotejada por los estudiosos de la evolución de las sillas. La diosa fortuna le llevó a aquél lugar en el preciso instante que creía incompleta la historia cronológica elaborada en el pasado, a pesar de las dificultades que intuyó se le presentarían. No se amedrentó. Tal vez por ello merecía la recompensa del hallazgo. La popularidad y una importante cantidad de dinero, le acompañarían desde entonces.
Se sentó en ella eufórico, a contemplar el cénit diurno que se unía al de su hallazgo. En el transcurso del latir de las horas, algo cambió en su interior. Sintió que la realidad actual, sustancial y anodina, de tan preciada silla, no se había de transgredir. Tanto ella como el lugar donde se encontraba, merecían permanecer en el anonimato, enriqueciendo la leyenda. Se levantó, hizo una foto que mantendría el recuerdo del descubrimiento que guardaría para siempre, y se alejó con la convicción que únicamente pertenecía al personaje histórico que la utilizó en su día para sentarse y a una parte íntima de la historia.
Le bastaba saber que la cadena se había completado.
17/3/13
Me has hecho pensar que cuanto me siento al lado de la ventana a leer me siento feliz.
Un abrazo
17/3/13
Me encanta tu pensamiento y te agradezco en extremo que lo compartas conmigo.
¡Un abrazo, Maripi!
10/4/13
Venimos al mundo indefensos, nos ataca la luz primera que recibimos y vamos con cautela descubriendo el mundo interior y exterior, pero el juicio nos hace ser cautos, hasta de lo más conocido.
Con ternura te dejo un beso.
Sor.Cecilia
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