Dominando sus prodigiosas cuerdas vocales, M ª del Mar Bonet, nos permitió acercarnos a la orilla de la cuna de civilizaciones que se llama Mediterráneo, con el toque característico de siempre que nos susurraba o nos confesaba eternidades.
La sentimos muy cerca. Se extendió por todos los rincones del escenario medieval, removiéndonos sentimientos, arropada por el pianista Manel Camp, que estuvo a su altura. La voz poderosa, llena de matices, nos regaló un potente torrente de escalas musicales que acompasaban el aire.
La luz, el mar azul, el mar de pámpanos y los recuerdos, como el de la abuela Dolores a quien le gustaban las viñas lozanas de julio, nos invadieron en un mágico encuentro. Mientras tanto, un águila negra se fundió en el velo de la penumbra. Se hizo latente en la sal de la voz protagonista, que nos maravilló con la magia de la música del segundo y último concierto en las viñas, de este año. Planeaba a gran altura, majestuosa, las alas extendidas, haciendo nacer el viento en Torre-Ramona, ayudándola a recoger las voces de los poetas y de las poetisas.
La anécdota la escribió nuevamente el maridaje del cava y los melocotones. La cantante lo probó y no dudó en obsequiarnos con el bis de dos canciones
9/6/12
Una voz dulce que te llena de emociones.
Un feliz fin de semana
10/6/12
mil gracias querida y admirada amiga por acariciar nuestros sentidos con tan magna belleza, besinos y feliz domingo con todo mi cariño.
20/6/12
Mari Pi. Me gusta verte. Un abrazo.
Ozna-Ozna. Gracias.
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Dime, te escucho...