- ¿Qué eres tú?
- Yo soy armenio, apostólico.
- ¿Y tú qué eres?- Yo soy Jess.
…………………………………………………….
-Señorita, ¿por qué no está marcado
como "Vodka Lemon"? ¿Se confundió?
-Es armenio.
(Hiner Saleem: Vodka amb Lemon)
Todos tenemos experiencia en el aprendizaje del gusto. Cuando somos pequeños, nos decantamos por lo que es dulce y rechazamos cualquier sabor desconocido.
Al crecer, los sabores derivan en un despertar sensorial. Hemos conocido la amargura de la muerte o de días sin fin, que contienen la aspereza de emociones y sorpresas escondidas dentro de rituales de soledad. Cuando lo amargo se desliza entre lágrimas, nos inundamos de salado y entonces pasamos sed. Nos sentimos como si lanzáramos una pelota y nos quedáramos mirando como bota, sin cogerla o intentar que cambie de dirección, en una tierra llena de cicatrices, sin identidad.
Llegados a este punto nos planteamos alternativas, hasta encontrar una salida deslizándonos por la nieve que nos rodea. Imitamos al deslizamiento por la garganta de un combinado amargo y áspero que, muy ligado, puede resultar ligero y agradable.
26/1/11
Molt bona barreja de gustos :0))
Salut
27/1/11
mmmm "cuando lo amargo se desliza entre lágrimas..."
amargor salado... sí, creo que debería estar "muy ligado" para llegar a resultar ligero y agradable.
:)
Besos+besos
28/1/11
Magazine. Els gustos són com els colors. Es poden barrejar i crear-ne de nous.
Molta salut!
Almena. Tal vez la sal permite suavizar o dehacerse de lo amargo. Eso es lo que creo.
Petons!
29/1/11
Mis gustos cambian siempre. En este momento no puedo ni pensar en Vodka...
Saludos
30/1/11
Ui, miedo me das Tatuagem. ^0^
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Dime, te escucho...