Resurge en mi mente el recuerdo de sus voces y parece que nada haya cambiado desde entonces, cuando los cerezos perdían el velo blanco que los cubría, antes de su ocaso carmesí, y gestaban edenes en sus ramas desnudas.
A los que andáis por aquí, buenas noches.
31/1/16
Mucho de mal tiempo todavía me queda para ver un cerezo pero tu poema me ha animado a la primavera.
Un abrazo.
6/2/16
Aquí se nos ha instalado un verano perenne, que hace florecer todo antes de tiempo.
Que fotos, harías, Maripi!
3/11/16
Emotivo
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Dime, te escucho...