Postrera luz del día;
la voz se despliega en el silencio.
Lo agita, lo aviva,
corre tras él hasta alcanzarlo
y lo enmudece.
Soy, en la voz.
Me arropo con su timbre,
que colorea el sonido, huidizo y juguetón,
en los pliegues de la lírica.
El mar sonoro que la mece,
Propaga, blandamente,
halagos en mis oídos.
Vibra el aire.
6/7/15
El silencio de la primera hora del día es el mejor para empezarlo bien.
Un abrazo.
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Dime, te escucho...