Noche tras noche, acude presto a su cita con lo desconocido. Llega al lugar donde se encuentran las estatuas, con el alma ansiosa, mientras llueve silencio en el espacio desierto.
De repente, el viento que ha viajado libre sobre el abismo marino, ruge al chocar contra los rostros de piedra. Nace la música en el claroscuro imaginado por la luna, como si la arrancaran de un tambor, y las pétreas figuras recuperan el aliento. Al mismo tiempo les nacen brazos y piernas y sus cuerpos ejecutan una danza ancestral y magnética. Danzan imitando los movimientos de la naturaleza, expresando sentimientos, igual que sus creadores hicieron en torno a ellas. Su fuego son las estrellas que resplandecen en lo alto. Su lluvia, la salpicadura de aquel mar que miran incansables en el eterno crepúsculo diurno.
La nocturnidad avanza con el transcurrir de las horas. De repente, en uno de los danzantes nace la expresión del miedo. El resto dirige su mirada hacia aquella roca, tras la sombra de la que se agazapado, sin pensar que sería descubierto. Le prenden y le arrastran hasta el centro, con instintos perversos y secretos. Pero, repentinamente, acaban mirándolo curiosas, endulzada su expresión al poder contemplarle de cerca.
La noche cambia, permitiendo que el mito tome forma humana, como las estatuas, descubriendo la realidad escondida dentro de la cueva que ocupa una gran parte de la isla. En sus entrañas hay dibujadas las tradiciones que se han ido esparciendo de manera oral, desde el principio del tiempo, en derredor de aquellos lugares. Una figura dibujada es mostrada como líder de las hazañas de los Dioses. Debajo de esta, con letras muy grandes, hay un nombre escrito: El Guardián de la Noche. ¡Lástima de los años que vivió sin saberlo!
Las estatuas, sedentarias, bailan en la negrura, lejos de la piedra que les sirve de base, mientras El Guardián de la Noche, único espectador, las observa embelesado.
13/12/12
Al baile de esta espectacular escenas de estatuas que allí están contra los vientos que sopla en ellas.
Un abrazo
13/12/12
La fantasía embellece la vida de estas figuras pétreas.
Abrazos.
21/12/12
Maripi, Gloria. Gracias por comentar. Un abrazo.
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Dime, te escucho...